Biblioteca de Ansoáin, 2019

Leer es jugar, crear, imaginar… crecer.
Un proyecto para mirar, sentir y habitar la lectura desde el arte.

FOMENTO LECTOR EDUCACIÓN ESPANDIDA ARTE COMUNITARIO INTERVENCIÓN EN ESPACIOS PÚBLICOS

 

 

 

 

• Proyecto de intervención artística en la Biblioteca de Ansoáin
• 51 participantes de entre 4 y 14 años
• Técnicas empleadas: serigrafía, grabado en linóleo, lettering, instalación suspendida
• Concurso comunitario de lectura infantil con premios
• Exposición bilingüe (euskera y castellano)
• Colaboración con Escuela de Artes y Oficios y apoyo del Ayuntamiento de Ansoáin
• Integración de las inteligencias múltiples y la educación expandida

Qué hicimos

Durante el curso 2019, el colectivo de El Cuervo Blanco, en colaboración con la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona, desarrolló un proyecto pionero en torno al fomento de la lectura
desde el arte y el juego. Miradas en Euskera fue una experiencia de comisariado infantil que culminó en una transformación creativa de la Biblioteca de Ansoáin, con el apoyo del Ayuntamiento y el propio centro.

51 niñas y niños de entre 4 y 14 años exploraron el mundo de los libros, seleccionaron imágenes de cuentos infantiles y las reinterpretaron mediante técnicas como el grabado en linóleo, la serigrafía y el lettering. Todo el trabajo se integró en una instalación visual y lúdica que proponía una nueva manera de leer: tumbados en cojines serigrafiados mirando hacia el techo, donde colgaban elementos suspendidos creados en el taller.


Además, se organizó un concurso dirigido a la comunidad: los visitantes debían adivinar de qué libro procedían las ilustraciones y frases seleccionadas por los alumnos. El objetivo: animar a leer también durante las vacaciones, evitando el abandono del hábito lector.

Qué ocurrio

La biblioteca, que inicialmente parecía un espacio frío y poco atractivo para la infancia, se transformó en un entorno estimulante y acogedor. Las creaciones de los niños y niñas no solo decoraron el espacio: lo reinventaron. Se convirtió en un lugar en el que leer era jugar, y jugar era aprender.


La respuesta fue extraordinaria. La instalación generó gran interés en el vecindario, con un alto nivel de participación infantil en el concurso. Muchos de los alumnos de El Cuervo Blanco descubrieron su potencial artístico y expresaron su deseo de seguir creando en el futuro. A través de esta experiencia, se fortaleció el vínculo entre arte, comunidad, educación y literatura, integrando tanto el euskera como el castellano con naturalidad y respeto.

“Si cada lectura es una sorpresa, ningún niño dejará de leer. Jugar con libros, mirar con arte, vivir leyendo.”