Desde la Biblioteca de Ansoáin, a través del Centro de Juventud Gaztetxiki, nos propusieron intervenir el espacio de la planta superior, un lugar con exceso de luz solar que dificultaba el uso cotidiano de la sala juvenil. Desde El Cuervo Blanco, Itxaso Ratzkin propuso una solución artística, funcional y sostenible: crear cortinas reutilizando libros antiguos destinados al desecho.

Así, desarrollamos una instalación artística sencilla y poética: largas hileras de hojas de libros, colgadas del techo a modo de cortinas translúcidas. Esta solución permitió tamizar la luz natural, crear un ambiente más cálido y evocador, y dar nueva vida a materiales que iban a ser descartados.